Perdida entre vodka y cigarros
Aquella noche la encontré
Parecía cargar la tristeza de todos los infiernos
En sus grandes y negros ojos
Parecía
Que nada la sorprendería
Parecía conocer
Todas las jugadas de la vida
Y ni los mechones de cabello
Pegados en su rostro, goteando
Aminoraban su belleza
No era la primera vez que la veía
Cantaba bajito
En un idioma que yo no conocía
Quizás sobre la vida, al amor o filosofía
Y su tenue sonrisa brillaba
Y yo jamás comprendería
¿Por qué aun así sangraba?
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